viernes, 21 de enero de 2011

Una nueva semifinal de Copa.

Después de la apabullante victoria en el global de la eliminatoria ante el Villarreal y de realizar dos grandes partidos, sobre todo el de vuelta, nuevamente se planta el Sevilla FC en una semifinal de Copa. Esta vez nuevamente ante el Real Madrid, al igual que pasara en 2004 donde todo el mundo sabe lo que pasó, con Valdano y compañía. De momento ya nos han metido un gol poniendo el partido a las 20h. Veremos a ver la grada del Sánchez Pizjuan cómo se presenta el día del partido, pero está claro que un miércoles laborable a las 20h de la tarde, no es muy buena hora. A pesar de todo, se presenta una nueva oportunidad de asistir a una nueva final (y cuántas van en los últimos años?) si logramos eliminar al todopoderoso polvo de estrellas. Nos espera una semanita de aupa hasta el día del partido que soportar. Ya desde Madrid hace tiempo que hablan de una final R. Madid - Barcelona, pero nosotros vamos a intentar sacar todo lo bueno que este equipo puede dar de sí y plantarnos en una nueva final que, suponiendo que sea el Barcelona el que la dispute, nos daría plaza europea directa para jugar UEFA el año que viene, otra vez! Antes, mañana, nos espera el Levante, que a tenor de cómo se nos dan últmamente los equipos de la parte baja de la tabla, habrá que tener cuidado con el partido. Aunque si como es de esperar, el Sevilla FC muestra su cara buena, que es la que viene mostrando en los últimos encuentros, donde se nota una gran mejoría de juego y goles, todo hace indicar que sacaremos adelante el partido. Lo dicho, mucho ánimo para esta nueva cita histórica en Copa e intentemos llenar todo lo que podamos el Sánchez Pizjuan para animar a nuestro equipo y marcar el primer gol.   

lunes, 3 de enero de 2011

Viaje por México


México, DF.
Hace unos años hice un viaje a Guadalajara del cual ya dediqué un post en este mismo blog. Poco después tuve la ocasión de realizar otro viajecito por tierras aztecas, visitando las ciudades de San Miguel de Allende, Guanajuato, Querétaro y el DF. Fue una travesía entre aviones, autobuses y taxis digna de recorrer e inolvidable. Desde Ensenada a Tijuana en bus, y de ahí cogimos el avión hacia la capital del país. Más de tres horas de vuelo, con susto final incluido (hubo turbulencias), que nos llevó finalmente a México DF. Nada más mirar por la ventanilla del avión conforme vas acercándote, hace que te des cuenta de la magnitud de la ciudad. Sin ir más lejos, es una de las ciudades más extensas y pobladas del mundo con casi veinte millones de habitantes. Al pisar tierra ves el frenesí y el ajetreo de la gran urbe. Aún recuerdo los consejos de mi suegra sobre la seguridad en la ciudad, lo que podía llevar encima y lo que no, y un largo etcétera de consejos para pasear por lo que supuestamente es una de las ciudades más inseguras del país y con un alto nivel de delincuencia. En los tres días que estuvimos no nos pasó nada. Quizás mi suegra quiso advertirnos ya que ella fue víctima en su día de un percance una vez que estuvo allí, pero la verdad que no es la cosa tan fea como la pintan. Cierto puede ser que en una ciudad de veinte nillones de personas haya más delincuencia que en otras, pero con sentido común se pasa la visita sin problemas. Pero hablemos de lo mucho y bueno que tiene el DF. Lo más destacable son los monumentos del centro histórico como son el Zócalo que es la plaza donde se encuentran la catedral y el Palacio Nacional y presidido por una enorme bandera mexicana en el centro. La catedral de estilo barroco neoclásico se está hundiendo por un lado, como otros monumentos de la capital, dado que  fueron erigidos sobre un suelo cenagoso y partes de terreno rellenado por los españoles después de la destrucción de las primeras construcciones aztecas y la construcción de las nuevas obras por parte de los españoles. Si bien, es un atractivo añadido este denivel, se está trabajando para nivelar la catedral. Sus otros grandes puntos de interés son el Castillo de Chapultepec, las pirámides de Teotihuacán, el Palacio de Bellas Artes, el Paseo Reforma, el Ángel de la Independencia, el Palacio de Correos o la Basílica de Guadalupe. Numerosos atractivos y oferta turística para los que necesitas varios días para verlo todo. Me gustaron mucho el Zócalo, el museo de Bellas Artes, el edificio de Correos y las pirámides, a las que subimos hasta lo más alto de la pirámide mayor, de la que dicen que en su cima, si te pones en el centro recibes la energía del Cosmos. Yo lo único que sentí fue el frío que hace allí arriba, pero sí es verdad que se siente bien uno de estar ahí y ver el paisaje que se aprecia desde allí.
San Miguel de Allende.
De ahí, después de tres días fuimos a San Miguel de Allende. Sin duda, lo más destacable de San Miguel es su catedral, que en su originalidad reposa su belleza. De estilo neogótico desde su restauración en 1880, con sus tonos rojizos y torres puntiagudas, resaltan una personalidad de la Parroquia de San Miguel Arcángel que no se encuentran en otras. Cabe decir que en San Miguel es donde estalló la semilla de la independencia de México. Aquí es donde se inicio la conspiración contra el dominio español. En una ciudad histórica, supertranquila, limpia, de colores vivos y de calles estrechas a similitud de las españolas de los pueblos antíguos. Como curiosidad aquí se encuentra la casa de Cantinflas, cerca del mirador, que hoy día es un hotel. Hay partes por las que parece que estás caminando por algún pueblo de Sevilla. Una ciudad peciosa. Por cierto que aquí, conocimos a un español que regenta un restaurante de comida española. Era un hombre mayor de Cádiz, bien vestido, con pañuelo rojo al cuello. Aunque no tenia mucho acento andaluz. Un tío simpático. No recomiendo ir allí a comer a pesar de ser mi paisano, jeje. Llega el turno de Querétaro, personalmente, la ciudad que más me gustó. Muy parecida a San Miguel en cuanto a arquitectura y a las formas de sus calles pero con más dotes de ciudad, dado que es mayor que San Miguel. Es una ciudad más cosmopolita e industrial que turística, pero sin dejar a un lado su también amplio aspecto artístico y cultural. El acueducto es su principal atracción. Se debe al benefactor de Querétaro Juan Antonio de Urrutia y Arana, Marqués de la Villa del Villar del Águila, quien lo mandó construir entre 1726 y 1738 para satisfacer una petición de las monjas capuchinas y llevar agua hasta la ciudad. Según la leyenda, estaba enamorado de una de las monjas y por eso gastó una inmensa fortuna para construir el acueducto. El Museo de Arte, el Museo de la Zacatecana, La Plaza de Armas y el Cerro de Las Campanas son sus otros sitios de interés más importantes.
Querétaro
En el Cerro de Las Campanas es donde está enterrado el Emperador Maximiliano I de Habsburgo que gobernó como Emperador de 1863 a 1867 con el apoyo de Francia, pero tras los conflictos de Napoleón III en Europa que obligó a retirar tropas de México y la falta de apoyo hacia un emperador que miró más por los intereses de los mexicanos que de los franceses y el apoyo que los americanos dieron a Benito Juárez para instaurar una república, y no una monarquía europea, Maximiliano poco pudo hacer, y tras ser traicionado por su aliado el coronel López, que lo entregó a los republicanos, fue capturado y condenado a muerte, siendo fusilado el 19 de junio de 1867. Sus últimas palabras fueron: "Perdono a todos y pido a todos que me perdonen y que mi sangre, que esta apunto de ser vertida, se derrame para el bien de este país; voy a morir por una causa justa, la de la independencia y libertad de México. ¡Que mi sangre selle las desgracias de mi nueva patria! ¡Viva México! Sin duda, es pura historia de este país la que reposa en este lugar. Aquí comí las famosas enchiladas queretanas. Buenísimas! Y finalizamos el viaje en Guanajuato a donde llegamos en autobus también en una hora escasa. Guanajuato es sin duda la ciudad con más carácter español antíguo en cuanto a su fisonomía, edificios y callejuelas. Conforme vas viendo el contorno, sus calles y recobecos, vas dándote cuenta de lo antíguo de su estilo y la simple pero preciosa caminata que hay desde el hotelito donde nos hospedamos, que era la casa de una señora muy simpática, convertida en una especie de casa de huéspedes, hasta el centro de Guanajuato pasando por el gran Teatro Juárez. Los lugares a destacar son el mismo Teatro Juárez, imponente su fachada de inspiración romana. Data el siglo XIX siendo inaugurado en 1903. La Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato, catedral de la ciudad. Comenzó su edificación en 1671 y fue concluida 25 años después, patrocinada por los mineros de la zona. Fue elevada a la categoría de Basílica en 1957. También es una iglesia de estilo barroco que ostenta una cúpula, y la virgen que guarda en su interior se ha convertido en la patrona y reina de la ciudad. Esta imagen fue donada por el Rey Carlos I y su hijo Felipe II al pueblo de Guanajuato como forma de reconocimiento a su prosperidad minera, el 8 de agosto de 1557. El templo cuenta con tres accesos, un campanario de tres cuerpos y otra torre de estilo churrigueresco.
Guanajuato
El Museo Cervantino, dedicado a Cervantes y su obra de El Quijote. En Guanajuato se celebran a menudo conferencias, coloquios y reuniones en torno a esta obra de Cervantes. El Callejón del Beso. Este lugar, sin duda unos de los más típicos de la ciudad. Cuenta la leyenda que si dos enamorados pasan por el Callejón del Beso deben besarse para que su amor perdure. Yo como no, no eludí esta obligada cita, jeje. Este callejón tiene la peculiaridad de que sus paredes están separadas por una distancia menor a un metro y medio y tiene dos balcones, uno de cada lado, que quedan a la misma altura. Muy parecido a lo que es el Barrio de Santa Cruz en Sevilla. Y la Alhóndiga de Granaditas, que era antíguo almacén de granos. Fue uno de los principales y primeros escenarios de la lucha de independencia de México. Ya que durante el ataque por el ejército insurgente a la ciudad de Guanajuato, en su interior se acuartelaron las tropas realistas, por lo que fue asediado por las tropas rebeldes capitaneadas por Miguel Hidalgo e Ignacio Allende. Ataque que duró hasta que fue tomado el edificio. Bueno, aquí hay un guía que cuenta la historia del edificio a los turistas y tengo la anécdota de que cuando iba contando la historia y llega a la parte en la que los insurgentes acceden al interior de la Alhóndiga y empiezan a matar a los españoles, pues se emociona un poco y le sale la vena patriota. Y claro, se da cuenta y antes de seguir,  para y pregunta: hay algún español aquí? Y claro, yo que levanto la mano, el único de una treintena de personas, y digo: Yo, un poco acojonado pero medio entre risas y pensando: pero yo no he matado a nadie. La gente me miró, en su mayoría estudiantes jóvenes mexicanos y se rieron. Y la Universidad que es un edificio impresionante de tonos blancos con  una escalinata imponente. De los lugares más bellos que he visto. Y más sitios de interés como el museo de las Momias, de las Minas, de la Inquisición, callejones y plazas y lugares donde comer que de verdad tiene un algo especial que engancha. Y después, de vuelta a Ensenada en avión, y un viaje inolvidable e imprescindible para todo aquel que quiera saber sobre la historia de México y sus gentes.